Copy Paste Ilustrado Viernes, 6 marzo 2015

«Proteger la integridad de la familia» y otras excusas para negarle el voto a la mujer peruana

Maria Jesus Alvarado

María Jesús Alvarado. Nuestra Simone de Beauvoir o algo más. Sus pensamientos y sus acciones son la base del feminismo peruano. Foto: Del olvido a la memoria.

Contexto del huaqueo: El derecho al voto para la mujer peruana fue una victoria que tomó décadas de trabajo. Oficialmente llegó el 7 de setiembre de 1955, pero su camino fue tan tortuoso que muchas de sus impulsoras iniciales no llegaron a ver este logro. Uno de los puntos esenciales en esta lucha fue el discurso que dio María Jesús Alvarado en octubre de 1911, conferencia titulada El feminismo, en el que defendió la igualdad legal y social del varón y de la mujer. Con este espacio abierto, María Jesús y otras precursoras lograron pequeños victorias a lo largo de cuatro décadas. La historia las respaldaba.  A lo largo de todo el continente, diferentes países iban aprobando el derecho al voto de la mujer. Sin embargo, la oligarquía peruana se negaba rotundamente a aceptar que la mujer tuviera este derecho asegurando que esto iba en contra de la naturaleza de la mujer y que esto atentaría contra la integridad de la familia. El siguiente texto es una muestra de aquel pensamiento que la historia ya se encargó de enterrar.

[ Textos extraídos de Inconveniencia de otorgar el voto político a la mujer peruana. Tesis de Gustavo Echevarría Leguía para optar por el título de Bachiller en Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1949] Las letras en negrita son culpa del huaqueador.

INCONVENIENCIA DE OTORGAR EL VOTO POLÍTICA A LA MUJER PERUANA

A mi madre con todo cariño
y agradecimiento por la
educación y ejemplo de
aquella recibidos.

Por el hecho de haber nacido para ser madre, la psicología de la mujer tiene modalidad propia. Modalidad que es determinada por su especial constitución y funcionamiento orgánicos, lo cual la hace completamente distinta a la del varón. Por esta razón todos los actos de la vida de aquella están influenciados por su excesiva sensibilidad, la que siendo tan notoria ha servido para que desde la antigüedad se le considere como “sexo débil”.

La gran afectividad de la mujer no es algo que se diga sin fundamento y que sea empleado como un argumento con el objeto de mantenerla al margen de la vida pública, ni tampoco como rezago del pensamiento romano, como pudieran pensar las feministas. Está basada en investigaciones científicas que han permitido concluir en su existencia, dado el funcionamiento de su sistema nervioso y endocrino. Gregorio Marañón, uno de los grandes endocrinólogos, así como también otros médicos especialistas, han llegado a esta conclusión.

El primero, refiriéndose a lo psíquico , dice: “En cuanto a lo psíquico, la especial constitución de su sistema nervioso y endocrino que la hace infinitivamente apta para los estímulos sensitivos y emocionales tan propios de la maternidad, la hace en cambio poco dispuesta –en el promedio de los casos- para la labor abstracta y creadora”. En otros trabajos sobre endocrinología encontramos también que refiriéndose a las funciones de las hormonas estrogénicas, glándulas existentes en el organismo de las hembras, se dice: “A ella se debe la feminidad de la mujer, expresada por sus características sexuales secundarias, contorno corporal, distribución de la grasa, distribución y crecimiento del pelo, desarrollo de los pechos y actitud písquica”. En cambio, refiriéndose a los andrógenos y especialmente a la testosterona, hormona sexual masculina, se cita como funciones las siguientes: “Aumenta la resistencia del sistema nervioso a la fatiga, alivia los síntomas de la decadencia testicular, tales como la irritabilidad nerviosa, insomnio y aprehensión, y restaura la capacidad mental no sólo para concentrarse, sino también para afrontar las responsabilidades económicas y sociales”.

Novia peruana siglo xx

Imagen de una novia peruana de inicios del siglo XX. Foto: Del olvido a la memoria.

 

Además hay que tomar en cuenta la gran dependencia de la mujer a su proceso sexual, ya que como dice Lord Byron: “El amor del hombre es cosa distinta de su vida; mientras que el amor de la mujer es su vida entera”, y Gregorio Marañón: “La mujer está embebida de su sexo y es, casi durante toda su vida, esclava de él”, si es que ésta se desenvuelve en forma normal, lo que da a ésta una psiquis muy especial. Advirtiéndose pues una predisposición, en forma extraordinaria, para recibir la influencia del varón.

Al lado de estas características de la psicología femenina determinada por la especial constitución de su sistema endocrino, debemos agregar la producida por la notable influencia que ejerce la religión en todos los aspectos de la vida de ella, la que por estar bien cimentada en nuestros pueblos, al igual que en todo el mundo católico, se ejerce en forma bastante ostensible.

Es en la mujer en quién más se acentúa esta influencia ejercitada por la religión a través de sus representantes, los sacerdotes, quienes la llevan a cabo no pocas veces desde el púlpito con sus prédicas, por ser aquellas quienes tienen más contactos con la Iglesia.

Niña limeña en su primera comunión

Niña limeña preparada para realizar su primera comunión. Foto: Del olvido a la memoria.

 

Tal influencia la podemos observar, por ejemplo, en la opinión que le merece a la mayoría de las mujeres la institución del divorcio. Siendo los sacerdotes quienes cumpliendo su misión, ante el peligro de que el matrimonio deje de ser un lazo indisoluble como lo preceptúa uno de los Sacramentos de la Iglesia, han ejercido y continúan ejerciendo su ataque a esta institución jurídica adoptada por las legislaciones más avanzadas, y reglamentada a la realidad de cada pueblo.

Opinar que la dación de los derechos políticos para la mujer no atenta contra la estructura y el buen funcionamiento de la familia es algo que considero errado. No podría admitirse en ningún momento que tal cosa no sucediera si la mujer tuviera que cumplir con una nueva función, que por lo demás resulta extraña en ella. La familia se convertiría de esta manera no en lo que en realidad debería ser, sino en un mundo muy diferente.

Es muy cierto que en su origen esta lucha en que estuvieron avocados los feministas tenía su razón de ser, ya que aspiraban al reconocimiento para la mujer de los derechos que por su condición de ser humano le correspondían. Como lo es cierto también que ella fue coronada con el éxito, pues en la actualidad no existe país civilizado del mundo que desconozca estas conquistas y que mantenga, por lo tanto, a la mujer relegada a segundo plano.

Sin embargo, las feministas no se han limitado a ello. No se han atrincherado, por decirlo así, en su nueva situación. Ni se han preocupado de adquirir conciencia de su legítimo estado, tanto en el hogar como en la sociedad. Muy por el contrario, han proseguido, alentadas por políticos interesados, en su lucha ya con una nueva meta: la del voto político.

Limeñas tomando el te

Limeñas tomando el té. Foto: Del olvido a la memoria.

 

Yo me permito preguntar a las feministas: ¿Podría la mujer, ejercitando funciones muy ajenas a su condición de tal y para lo que ha venido al mundo, llevar, en el sentido amplio de la palabra, su cometido en el hogar y la sociedad?

Es preciso que antes de darse una respuesta, hagan recuerdos de lo que ha sido de responsabilidad de sus madres, y de aquellas mujeres que, por circunstancias del destino, tuvieron que tener a su cargo educación y la dirección del hogar en que ellos se han formado. Después que hayan meditado en ello, comprenderán el gran daño que se irrogaría a la sociedad. Que con ello no conseguiría otra cosa que el alejamiento de la mujer del hogar y el descuido que ella hará de sus propias funciones, aparte de que, por las razones que he expuesto en el segundo y tercer capítulo de este ensayo, con el voto político de la mujer no se sacará ningún beneficio para la Nación. Que no se contribuirá a la solución de los problemas nacionales, sino que más bien se crearía uno de mayor importancia.

Es urgente que tanto hombres como mujeres, empeñados en lo que ellos llaman rehabilitación de la mujer, comprendan esta gran verdad.

Frente a esta situación es imperativo del Estado proteger la integridad de la familia, que por lo demás constituye un bien social. Y al igual que se preocupa de proteger los bienes materiales y espirituales del individuo, es necesario que se preocupe de la defensa de la familia por constituir esta una institución jurídica.

RESUMEN

Por las conclusiones anteriormente enunciadas, es que considero inconveniente el otorgar el voto político a la Mujer Peruana.
Lima, 31 de diciembre de 1949.

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¿Más imágenes sobre mujeres peruanas que tuvieron un papel importante en la historia? En el otro blog tenemos una galería de Las mujeres que construyeron la literatura peruana.

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